La música es de todos

25.11.09

Let Your Light Shine On Me

Hace como 3 meses, le dije al mono que se subiera algo para el blog. Me dijo ''si dale, el jueves que viene''. En fin, 3 meses despues, el mono me dice ''che subi algo, despues te lo paso.''.

Le perdonamos que sea un obsesivo rompe bolas (pidio modificar 3 veces el texto despues de habermelo pasado para que lo suba!) porque lo que nos trae hoy es una joya imperdible.
Ademas subio un cd doble en UN solo link. Asi que, se le agradece.
Lo esperamos de vuelta en 3 o 4 meses (?)


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Blind Willie Johnson fue uno de los exponentes más extremos del escenario de miseria absoluta en el cual se desarrollaba la vida de los afroamericanos, allá por la década del ’20, en el sur de los Estados Unidos. No por nada, las expresiones musicales del negro norteamericano se recluían a los espacios a los que había sido sentenciado a pasar su vida: la calle, la iglesia, los campos de algodón, la cárcel. Todas las canciones de los bluseros de aquel entonces reflejan, en menor o mayor medida, esta cruda realidad.

Ya desde pequeño, Blind Willie Johnson quedará marcado por la desgracia: su madre falleció cuando él era tan sólo un niño, a lo que debe sumarse que en una pelea entre su padre y su madrastra, ésta última echó lejía en la cara del joven Willie Johnson, dejándolo ciego para siempre. Su entera vida transcurrirá en la extrema pobreza, condición que se convierte en una de las razones por la cual muchos afroamericanos buscaron fervientemente en la religión la respuesta que no encontraban, ni podían encontrar, en la vida terrenal.

De esta manera, Blind Willie Johnson logró combinar dos estilos musicales que, en verdad, estaban íntimamente ligados: el gospel y el blues. Al artista se lo reconoce fácilmente tanto por su lijosa voz (acompañado en este plano por la dulce voz de una de sus esposas) como por el particular sonido de su guitarra de doce cuerdas y el gran manejo del slide. Pero aquello que lo diferencia de otros bluseros, y que lo vuelve superior a ellos, es el carácter religioso de su obra: el convencimiento de estar propagando un mensaje que conlleva la verdad dota a sus canciones de una pasión inigualable. Su música es real, pura, emotiva. Ejemplo de ello es que si bien a finales del ‘20 grabará 30 temas para Columbia, nunca se sintió interesado por su carrera musical; sólo le importaba difundir la palabra de Dios, por lo cual siguió tocando en los mismos lugares donde su padre lo dejaba cuando era un niño: la calle y los servicios religiosos del pueblito de Texas que lo vio nacer.

Ahora bien, detrás de la alegría que se desprende de sus canciones (al parecer alcanzar, en cada una de ellas, la ansiada salvación) se esconde la más dura de las tristezas, producto de contexto que condenaba al afroamericano en general a morir en la miseria, y a los grandes talentos como Blind Willie Johnson, en particular, al peor de los olvidos. Su muerte será una muestra de lo dicho: por un incendio, pasó varios meses viviendo en las ruinas de su casa, en una cama húmeda; no tardó mucho en morir de neumonía, luego de ser discriminado en el hospital por su condición de negro y ciego.

Por último, resta resaltar la importancia del legado musical de Blind Willie Johnson, lo que se ve reflejado, por ejemplo, en la cantidad de bandas y artistas que hicieron covers de sus canciones: Led Zeppelin (“It's Nobody's Fault But Mine”, aunque sea una versión bastante modificada y aparezca como “Nobody's Fault But Mine”), Bob Dylan (“Jesus Make Up My Dying Bed”, renombrada como “In My Time Of Dyin’”), Ry Cooder (“Dark Was the Night”, “The most soulful, transcendent piece in all American music” según sus propias palabras), Grateful Dead (“If I Had My Way I'd Tear the Building Down”, luego llamada “Samson and Delilah”), White Stripes (“John the Revelator”), por nombrar algunos, así como también muchos otros grandes bluseros como Son House, Mississippi Fred McDowel y el reverendo Gary Davis. Ello convierte a Blind Willie Johnson en un artista muy versionado pero, aun así, bastante poco conocido, aunque vale agregar que en 2003 Martin Scorsese y Win Wenders grabaron el documental “The Soul of a Man”, lo cual ayudó a revertir, en gran parte, esa situación.

Espero, entonces, que esta joya musical de uno de los más grandes bluseros de la historia no pase desapercibida por el público bloguero.


Blind Willie Johnson - The Complete Blind Willie Johnson

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